EN PORTADA. Autor: Carlos López Robinson
Vol. 9 / enero 2023
.
.
La ciencia humanística no duerme, permanentemente está sujeta al recuerdo de los clásicos y su desvelo retorna humanismo ante la barbarie y la persecución de la dignidad. El humanismo es una dignidad que no abandona al hombre si este no abandona a aquel. La tremenda irrupción de Ucrania en la actualidad internacional casi a comienzos de 2022 como consecuencia de padecer una agresión infame y prolongada, ha hecho patente muchas cosas a ojos de los ciudadanos del mundo. Sobre todo ha hecho patente por un lado la heroicidad y la dignidad ucranianas; al igual que de nuevo ha hecho patente por otro la encarnación del mal en su forma ambiciosa, planificada y sangrienta. Los extremos aclaran conceptualmente muchas cosas, así el orden moral de la realidad. También los grandes desastres pueden en contrapartida hacer despertar la creación de humanidad frente a la anuencia y la maldad, o recabar en el espíritu y la sensibilidad moral actitudes que reconducen la Historia, o expresiones particulares que recaban el valor general solo reservado a ciertas ideas y algunas formas del arte. Quienes conocen en algo la Historia, inmediatamente identificaron en dos siglos atrás un fenómeno, hoy superado en el corazón de Europa, que de manera nítida identifica circunstancia relativamente análoga a la ucraniana, la representada por Goya sobrecogedoramente con el simple y contundente título de Los Desastres de la Guerra, es decir la circunstanciada, horrible consecuencia de la agresión napoleónica, ahora obligados a rememorar.
La localización bélica en suelo ucraniano hace asimismo patente, para quienes conocen en algo la Historia, fenómenos de génesis muy lejana conducentes a un terror del siglo XX que más allá de la horripilante forma exterior de los grandes totalitarismos nazi y soviético, sin duda ejecutaba un espíritu del mal que subyacente y permanentemente ha sojuzgado países como Polonia y Ucrania instrumentalizando el poder político de la barbarie. Porque es evidente, Polonia o Ucrania, partes insustituibles del corazón civilizado de Europa han sido tratados a lo largo de la época contemporánea, desde parte de la falsamente civilizada Europa, como si tribus antropófagas a desmembrar y sojuzgar. Ahora no cabe permitir que vuelva a entronizarse ese espíritu del mal como forma de barbarie totalitaria en la supuestamente civilizada Europa.
Una consecución del Humanismo y el saber ucranianos se encuentra en el Hispanismo. Ucrania y otros países que han permanecido, sobre todo como consecuencia del aplastamiento soviético, apartados de la normal comunicación cultural europea, según debiera corresponder a lenguas y culturas de gran volumen y riqueza, han de desempeñar una función no subsidiaria y mantenerse en diálogo con las grandes lenguas. Evidentemente y por desgracia no ha sido así, y de ahí asimismo parte del problema actual, y esto debe ser subsanado. Porque cuando las cosas no están en su sitio, puede ocurrir cualquier cosa. La cultura ucraniana, aplastada por el sistema soviético, no estaba en su sitio. Es preciso redibujar el mapa cultural de Europa.
Existe una Asociación de Hispanistas de Ucrania, dirigida por el prof. Oleksandr Pronkevich. (Puede verse Informe en este vol. 9 de Recensión).
.
NOTA BIBLIOGRÁFICA:
AA. VV., Goya. Cronista de todas las guerras, Madrid, Real Academia de bellas Artes de San Fernando, 2008; Miguel Artola, La Guerra de la Independencia, Madrid, Espasa-Calpe, 2008; Guillem Colom, La Guerra de Ucrania. Los 100 días que cambiaron Europa, Madris, La Catarata, 2022.
CITA BIBLIOGRÁFICA: “Humanismo e Hispanismo en Ucrania”, Recensión, vol. 9 (enero-junio 2023) [Enlace: https://revistarecension.com/ ]