ARENDT: PENSAMIENTO Y POESÍA

Vol. 9 / enero 2023
ARTÍCULO / COMENTARIO BIBLIOGRÁFICO. Autora: Hyekyung Lee – Mercedes (Universidad Nacional de Kyungpook)

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Hannah Arendt, Pensamiento y Poesía, ed. de Gloria Bosch Roig, Madrid, Instituto Juan Andrés, 2021.

Cubierta Arendt Instituto

Hannah Arendt (1906-1975) ha devenido figura importante del pensamiento contemporáneo del siglo XX. O bien, si se tiene en cuenta su entidad como mujer, mejor decir una de las mujeres más influyentes del pensamiento contemporáneo, y en este caso habríamos de recordar otras autoras, así Edith Stein, Simone Weil y, en especial, María Zambrano (1904-1991), autora de mayor horizonte. Pero Arendt, a diferencia de Zambrano, guiada esta por la “razón poética”, quedó intelectualmente fijada por la razón política y esta es su más conocida contribución. Ahora bien, existe asimismo, como veremos, una razón poética en la obra de Arendt que toca un lugar esencial de su personalidad filosófica literaria. Sin embrago, sea por la naturaleza práctica de la razón política o, quizás, por el contexto norteamericano en que Arendt quedó reinstalada, el hecho es que más allá del mundo románico desempeña sin duda una dimensión e influencia mucho más amplia. Según me consta, el primer libro de Arendt publicado en Corea data de 1983, y el más reciente de 2022. Quizás no sea ejemplo fácil de definir la relativamente reducida difusión de Zambrano en la filosófica tradición alemana, pero sí resulta de apreciación muy inmediata observar el fuerte desnivel de recepción entre una y otra autora en un país de gran emergencia cultural en nuestro tiempo, es decir culturalmente significativo hoy, como lo es Corea del Sur. Arendt disfruta de una integración coreana, valga pues de ejemplo, extraordinaria, mientras que Zambrano, acaso por debilidad del hispanismo de Corea, apenas ha sido considerada. Es de reconocer la por lo común excelente recepción de Zambrano en los grandes países europeos, quizás especialmente en Italia, pero debiéndose tener en cuenta que el lector culto italiano puede leer fluidamente el español.

Existen en Corea unos ochenta títulos de y sobre Arendt, en su mayoría traducidos, ya desde el alemán o ya, preferentemente, del inglés, e incluidos también algunos producidos en lengua coreana. Es, pues, una circunstancia cuantitativa mucho más que lejana respecto de la autora española[1] [i]. Con todo, no hemos detectado en Corea ni en otros muchos países parangonable atención a la razón de la poesía en Hannah Arendt como la que ahora, afortunadamente, se nos entrega en lengua española gracias a la edición y selección de textos traducidos, preferentemente del alemán, por Gloria Bosch, en un volumen que también incorpora una serie de breves poemas de la pensadora alemana elegidos en correspondencia con esos ensayos.

La poesía es un rasgo esencial del pensamiento y la obra de Arendt: no sólo es autora de numerosos poemas sino que su filosofía se halla poblada de símiles, metaforizaciones y alusiones a poetas y obras literarias que señalan camino y sirven para comprender de forma mucho más plausible el principio sobre el cual se erige toda su filosofía o su “epistemología”, si así se pudiera decir. Siendo la poesía sustancial para la comprensión del pensamiento de Arendt, es sin embargo uno de los aspectos más desconocidos y poco estudiados de la misma. Los seis ensayos recopilados en Pensamiento y Poesía por Gloria Bosch tocantes de uno u otro modo a la estrecha relación en la mente de Arendt entre esos dos términos, han sido, en algunos casos, previamente traducidos en castellano desde su versión inglesa y publicados. Con todo, es muy novedoso de este volumen español que se trata de textos editados juntos por primera vez bajo prisma estético y literario y a partir de los originales en alemán, lengua en la que Arendt pensaba. Es pues un intento de aproximación a la función e importancia de la poesía en su obra, pues la compilación realizada concentra el esfuerzo de la pensadora por entender qué pasa al narrar y escribir poesía.  De ahí la importancia de los poemas añadidos en esta edición, como complemento o relación temática para con los ensayos. Es decir, se aporta así un poco más de luz al significado y función de la poesía y el pensamiento en la vida y la obra de Hannah Arendt, bien a partir de experiencias dolorosas o bien desde temática de índole más abstracta.

Hannah Arendt se sitúa en la tradición literaria para precisamente romper con la tradición filosófica y política. Tras la Primera Guerra Mundial y el horror totalitario que produjeron el nazismo y la Segunda Guerra Mundial, el hombre había perdido toda la orientación y caminaba a ciegas. Los valores tradicionales heredados de la cultura greco-latina ya no servían para explicar lo que ocurría en el mundo, y la razón había dejado de ser el principio de toda acción, eran tiempos de oscuridad, y así es como Hannah Arendt tituló una de sus obras, Menschen in finsteren Zeiten (Hombres en tiempos de oscuridad), en referencia a Bertolt Brecht y a su poema dedicado “A las generaciones futuras”.

La fractura es un hecho histórico, pero también tendrá consecuencias para el pensamiento, ya que ha dado lugar a un espacio vacío entre el pasado y el futuro que habría que volver a llenar. Y deben ser los narradores y escritores quienes asuman esta responsabilidad, ya que mediante la creatividad pueden rescatarse fragmentos del pasado y nuevamente ser reunidos fuera del marco de la tradición. Esto es precisamente lo que hacen algunos autores a los que ella tanto admira, así por ejemplo, Hermann Broch, Martin Heidegger o Walter Benjamin, a quienes dedica ensayos, reunidos en esta edición de Gloria Bosch y que actúan como balizas con los que Arendt orienta su propio pensamiento.

Arendt escribió sus primeros poemas entre 1923 y 1926, durante sus estudios y habiendo ya entrado en contacto con Martin Heidegger. De este periodo, muy marcado por dicho encuentro, se conservan 21 poemas de carácter romántico y apreciable carga melancólica. Tras una larga pausa de dieciséis años, empieza lo que podemos considerar un segundo periodo bien diferenciado del anterior en la producción poética de Arendt, el cual se extiende entre los años 1942 y 1961[2]. La temática de estos poemas es muy diferente de la de los anteriores. En ellos plasma vivencias y pensamientos derivados del exilio y aborda temas como la muerte, el tiempo, la poesía o el pensamiento.

El primer poema que compuso Arendt tras este largo paréntesis, y que aparece en el libro, está dedicado a la trágica pérdida de su amigo Walter Benjamin, que se quitó la vida en la frontera franco-española en 1940.

Poema Arendt

Otro de los poemas que incluye esta edición, dedicado a la pérdida de un amigo, es el que Arendt escribió con motivo del fallecimiento de Hermann Broch. Este fue escrito en 1951[3] tras la inesperada muerte del poeta y pensador.

Hannah Arendt no sólo describe percepciones y experiencias trascendentales en sus poemas, sino que va más allá y, tanto en el poema dedicado a Walter Benjamin como en el que recuerda a Hermann Broch, aprovecha todo el poder contenido en la metáfora para aproximarse a la especulación metafísica[4], ya que a través de la metáfora se hace visible lo invisible y perceptible aquello que permanecía oculto[5].

Los restantes poemas de este segundo periodo que aparecen en esta edición son de carácter muy distinto, puesto que ya no eran producidos directamente desde la realidad de la experiencia, sino que son producto del asombro (das Staunen), que, junto a la pasión, constituyen para Arendt el motor de la creatividad. Hannah Arendt hace referencia al asombro que produce la necesidad de comprender el sentido de los fenómenos abstractos y objetos difíciles de aprehender, como son, precisamente, la poesía o el pensamiento[6].

Para el pensamiento sólo existe aquello que puede ser expresado a través del lenguaje, por esta razón Arendt afirma que la metáfora se convierte en la única forma de expresión y manifestación de ese mundo interior para el cual no existe ninguna palabra, ya que tampoco existe en el mundo de lo visible.

La metáfora hace visible lo invisible y es un puente entre ambos mundos. La metáfora expresa siempre verdad (a-lētheia) y sólo es veraz cuando manifiesta aquello que puede ser compartido por diferentes lectores u oyentes[7]. A pesar del pesimismo expresado por Arendt respecto de la posibilidad de manifestar a través del lenguaje la acción misma de pensar, reconoce, sin embargo, en Martin Heidegger y Walter Benjamin el valor de la metáfora visual como forma de aproximación al pensamiento, y destaca en ambos, así como en Hermann Broch su “pensamiento poético”[8].

Sin duda el lugar de la figura de Heidegger en la vida de Arendt fue muy significativo, y no sólo desde el punto de vista personal, pues de alguna manera la relación con él no diluye, sino que desvela y pone de manifiesto con mayor nitidez la diferencia entre sus líneas de pensamiento. En el discurso-homenaje pronunciado con motivo del ochenta cumpleaños de Heidegger que se incluye en este libro, Arendt reconoce en el autor de  Ser y tiempo al pensador sin asidero y un representante excepcional de la ruptura de la tradición filosófica, capaz de derribar el edificio metafísico desde sus cimientos y abrir nuevos caminos y horizontes al pensamiento. Es el pensamiento apasionado de Heidegger lo que ella tanto admira, la fusión de dos opuestos: pensamiento y vitalidad.

La admiración que Hannah Arendt sentía por Hermann Broch era igualmente grande. Éste orientaba su producción, tanto poética como filosófica, todas sus investigaciones sobre psicología e historia, a una búsqueda incansable e incesante de lo absoluto en un mundo que ha perdido sus valores y ya no es susceptible de ser representado en su totalidad por la obra de arte. Esto le llevaría en un viraje radical de la poesía y el mito al logos y a la ciencia, al descubrimiento de un todo terrenal como imperativo ético en que el hombre en su máxima abstracción se encuentra en el centro, y que, como admite Arendt, aunque lo demostrara a través de éstas, no proviene ni de la lógica ni de la epistemología, sino de la poesía, porque él era, ante todo, un poeta.

A diferencia de Hermann Broch, Walter Benjamin no era, en opinión de Arendt, ni poeta ni tampoco podía clasificarse como filósofo. Ella manifiesta en su ensayo sobre Benjamin de forma totalmente explícita, que reconoce en él a alguien que piensa en metáforas, es decir, a un pensador poético que entiende que la metáfora es capaz de expresar la unidad del mundo[9]. La metáfora del Angelus Novus es un ejemplo de ello para Arendt y también un ejemplo de cómo Benjamin utiliza una metáfora de forma magistral para explicar la historia. Un ángel frente a un montón de escombros que da la espalda al futuro y es arrastrado por una corriente irremediablemente hacia él.

La fragmentaria teoría del pensamiento de Hannah Arendt, a la que contribuirían sus reflexiones sobre estética, gira en torno a tres ejes fundamentales estrechamente relacionados entre sí, esto es: la verdad, la experiencia y el lenguaje. Y si bien el pensamiento tiene su origen en la experiencia, es a través del lenguaje como ésta deviene verdad. El lenguaje poético y la metáfora constituyen para Arendt una llave de acceso al mundo de lo invisible, al espacio íntimo e interior de los sentimientos y las pasiones, pero también es la manera en la que el pensamiento mudo se manifiesta en el mundo.

Hannah Arendt buscó una forma de acceso a su propio mundo interior para manifestarlo y compartirlo con los demás a través de la poesía en su sentido más amplio, situándose a sí misma como pensadora en ese vacío provocado por la ruptura de la tradición, y de la misma manera que Heidegger, Broch o Walter Benjamin, también ella representa al pensamiento poético.


NOTAS:

[1] Sobre María Zambrano sólo existen tres trabajos, de 2004, 2005 y 2019. Este último de nuestro compañero Chang Jae Won, 마리아 삼브라노의 시적 이성 (詩的 理性) 연구 (Estudio sobre la “Razón poética” de María Zambrano), The Comparative Study of World Literature, vol. 69, diciembre (2019), pp. 225-246. Por mi parte, quise contribuir, pero en español y en España, con una reseña: “María Zambrano, Las palabras del regreso (ed. de Mercedes Gómez Blesa), Madrid, Cátedra, 2009, 339 págs.”, en Analecta Malacitana, XXXIV, 2, 2011, pp. 666-668.

[2] Tras el escándalo provocado por sus crónicas sobre el juicio a Adolf Eichmann en Jerusalén, Arendt decide dejar definitivamente de escribir poesía.

[3] A partir de 1950 y hasta 1975, Arendt escribe un Diario filosófico (Denktagebuch), donde también va escribiendo y añadiendo poemas que, salvo el dedicado a Broch, abordan temas abstractos que la ocupan como pensadora, tales como el tiempo, el pensamiento o la poética.

[4] Anne Bertheau, Das Mädchen aus der Fremde: Hannah Arendt und die Dichtung, Bielefeld, Transcript, 2015, p. 318.

[5] Hannah Arendt, Vom Leben des Geistes. Das  Denken. Das Wollen, Munich, Piper, 2020, pp. 103-114.

[6] Anne Bertheau, Das Mädchen aus der Fremde: Hannah Arendt und die Dichtung, Bielefeld, Transcript, 2015, p. 321.

[7] Hannah Arendt, Denktagebuch. Vol. I, cuaderno II. Munich, Piper, 2016, p. 46.

[8] Elisabeth Young-Bruel, Hannah Arendt. Leben, Werk und Zeit, Munich, Piper, 2018, pp. 16 y ss.

[9] Hannah Arendt, Denktagebuch. Vol. II, cuaderno XXVII, Munich, Piper, 2016, pp. 770 y ss.


CITA BIBLIOGRÁFICA: Hyekyung Lee – Mercedes, «Arendt: Pensamiento y Poesía», Recensión, vol. 9 (enero-junio 2023) [Enlace: https://revistarecension.com/2023/02/07/arendt-pensamiento-y-poesia/ ]