Vol. 3 / enero 2020 – INDICE
RESEÑA. Autores: Davide Mombelli y David Salomoni
Muñoz Machado, Santiago, Civilizar o exterminar a los bárbaros, Barcelona, Crítica, 2019, 128 pp. (ISBN: 978-8491991731)
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La literatura crítica acerca de la “Leyenda negra”, monográfica o no, es muy abundante y, en muchas ocasiones, redundante o tendenciosa, alineándose los escritos, sobre todo los de tendencia divulgativa, de acuerdo con un maniqueísmo filo o anti español. Hasta ahora al menos han dominado con mucho estos últimos, con todo lo que ello significa. Sin embargo, y muy llamativamente, son raras las obras que se proponen de una u otra manera una investigación propiamente comparatista entre la forma de colonización española y las demás europeas. Pero todos sabemos, por principio, que sin una visión comparatista difícilmente puede accederse a una interpretación bien acabada. Esto es, los criterios metodológicos quedan con demasiada frecuencia en entredicho. Es reciente la publicación de un valioso libro, fundamentalmente divulgativo, que intenta suplir dicha carencia: Civilizar o exterminar a los bárbaros (2019), de Santiago Muñoz Machado, importante jurista, catedrático de Derecho, historiógrafo y director de la Real Academia Española de la Lengua. Es autor que ha penetrado en más de una ocasión en el género de la alta divulgación. Por otra parte, son afines temáticamente a la obra que aquí reseñamos sus libros anteriores Sepúlveda, cronista del Emperador (2012) y Hablamos la misma lengua (2018).
…..Civilizar o exterminar a los bárbaros es una versión, exenta del aparato erudito del original (si bien al final se incluye una muy útil nota bibliográfica en la que se ilustran ediciones, estudios y monografías consultados), del discurso de ingreso de Muñoz Machado como académico de número en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en mayo de 2012. Su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua, versó sobre Los itinerarios de la libertad de la palabra, en 2013.
…..Muñoz Machado establece en Civilizar o exterminar a los bárbaros una cuidadosa comparación, fundada sobre la consulta de documentos y fuentes originales, entre las colonizaciones española y anglosajona del continente americano. El autor se propone desmontar las falsas creencias acerca del proceso de la Conquista española, juicios que todavía hoy persisten a pesar de la certificación historiográfica de los hechos. Quepa recordar el desvarío de un Todorov, halagado por algunos. Muñoz Machado conduce su interpretación al terreno más propiamente jurídico, y ello presentando no las lecturas mistificadoras de los publicistas europeos de los siglos XVII y XVIII (trabajo hecho ya magistralmente por Antonello Gerbi en su La disputa del Nuevo Mundo), sino los tratados de los más importantes juristas de la época, las actas o la jurisprudencia de los tribunales. Teniendo en cuenta los términos de la investigación, el autor no duda en conferir mayor importancia a la obra de quienes primeramente reflexionaron sobre los derechos de los indios y de los conquistadores: los teólogos españoles Francisco de Vitoria y Juan Ginés de Sepúlveda. A este último Muñoz Machado dedica un interesante capítulo, el IV, que versa concretamente sobre sus ideas de “guerra justa”, que definen finalmente una postura que se sitúa entre el pacifismo erasmiano y el pragmatismo político de Maquiavelo. En otro capítulo, Muñoz Machado reconstruye todos los vericuetos del conocido debate de Valladolid, en el que se enfrentaron Bartolomé de las Casas y Sepúlveda.
…..La diferencia fundamental entre las dos colonizaciones, española e inglesa, reside precisamente, según el autor, en la diferente visión del indio. Es extraordinariamente significativo que en Inglaterra nunca surgiera un debate teológico y jurídico acerca de los derechos de los nativos americanos y la licitud de la conquista de sus territorios. Este hecho es el factor discriminante que separa uno y otro proceso colonizador. Los discursos jurídicos sobre el asentamiento de los colonos ingleses en el Norte de América son, fundamentalmente, reelaboraciones de la tratadística española, principalmente de los referidos Vitoria y Sepúlveda: así lo explica el autor en el cap. X, titulado “La cuestión de los títulos habilitantes de la colonización inglesa La imitación de los filósofos y juristas españoles: Eden, Peckham, Hakluyt y Gentile. La influyente decisión del juez Coke en el Calvin’s case de 1608”. El argumento principal de la Corona inglesa, que no contaba con un documento como la bula papal de Alejandro VI, fue la “doctrina del descubrimiento”; así se pronunció la Corona británica en 1632: “el derecho que tienen los súbditos de Su Majestad en este país se justifica por su primer descubrimiento, ocupación y posesión que han tomado en consecuencia, y por las concesiones y cartas patentes que han obtenido de sus soberanos, que eran, por las razones indicadas, los verdaderos y legítimos propietarios de tales partes”.
…..Si en las dos colonizaciones se han producido violencias y abusos, aquello que las diferencia es la finalidad de las mismas y, por ende, su final manifestación: si la española abogó por la integración, la colonización anglosajona es esencialmente discriminante y segregacionista (de ahí el fenómeno de las “reservas” para confinar a unos indígenas que no eran considerados propietarios de sus tierras).
…..En realidad, el estudio comparatista de las colonizaciones española e inglesa se inserta en una tradición de estudios comparatistas relativamente larga, en la que se enmarca también un libro muy poco conocido pero de gran interés en la historia de la recepción de la leyenda negra en Europa: las Riflessioni imparziali sopra l’umanità degli spagnoli nell’Indie, contro i pretesi filosofi e politici, per servire di lume alle storie dei signori Raynal y Roberston (Venecia, 1780) del exjesuita expulso a Italia y maologrado Juan Nuix. Es uno de los autores de la Escuela Universalista, muy querido de Juan Andrés y Antonio Eximeno. La obra, traducida en 1782 por Pedro Varela y Ulloa, y un año más tarde por el hermano de Nuix, José, que sepamos no tuvo edició posterior hasta la de Rogelio Pérez Bustamante (Madrid, Atlas, 1944, 2 vols.), con el título significativo: La humanidad de los españoles de las Indias.
…..La fortuna de Nuix durante el siglo XIX es bastante escasa. Será Marcelino Menéndez Pelayo quien, en uno de sus eruditos estudios acerca del siglo XVIII, presente la figura del autor catalán, refiriéndose a él en estos términos: “al desagravio de su ultrajada patria acudió también el malogrado jesuita Nuix, autor de unas importantes y poco conocidas Reflexiones sobre la humanidad de los españoles en las Indias”. Sobre Nuix pesa un “completo” e “injusto olvido”, como subraya el polígrafo santanderino, quien define su obra en tanto que “apología razonada, lógica y contundente”. Sin embargo, las Reflexiones se resienten en ocasiones de falta de noticias históricas y el calor de la polémica arrastra a Nuix a proposiciones insostenibles: “por lo demás, el estilo es brioso, enérgico y desembarazado”. Según Juderías (La leyenda negra. Estudios acerca del concepto de España en el extranjero), el padre Nuix es “lógico en sus deducciones”, mientras que Rómulo Carbia (Historia de la leyenda negra hispano-americana), invalidando el argumento principal sobre el que se sostiene la leyenda, pone al descubierto las intenciones de quienes se empeñaron en propagarla, a saber, las naciones protestantes. Según la “sentencia definitiva” de Carbia (cuyo método historiográfico recuerda el adoptado por Nuix, como comentaremos más adelante): “en virtud de todo lo que queda expresado y que tiene su fundamento en cuanto figura en la parte vertebral de este libro, débese convenir en que la Leyenda que le dio tema es una auténtica patraña que no puede tener cabida ya en ninguna mente culta, cualquiera que sea su posición ideológica. Esta es mi palabra final y la síntesis más cumplida de la conclusión a que arribara después de haber consagrado al estudio del tema los más sazonados años de mi vida”. De acuerdo con el historiador argentino, Nuix abordó la realización de una tarea que por entonces se imponía: probar críticamente las afirmaciones de Las Casas. Por su parte, decía Pérez Bustamante, que fue editor de la obra de Nuix, que éste, “como Rivadeneyra, Aribau, Milá y Fontanals y tantos otros, consagra su vida y su labor escrupulosa y tenaz a la reivindicación y a la exaltación de los grandes valores nacionales, y refuta con singular acierto al cortejo de difamadores del pensamiento, del espíritu y de la actuación de nuestra patria”.
…..Las tesis del genocidio español en América, lejos de haber perdido posiciones, han adquirido difusión en las últimas décadas del siglo XX, sobre todo gracias a la obra de Todorov, La conquista de América. La cuestión del otro (1982), y los varios discursos filoindigenistas, por ejemplo los de Laurette Sejournée (América Latina I. Antiguas culturas precolombinas, 1985). En España, esta postura es defendida sobre todo por Miquel Izard (El rechazo a la civilización. Sobre quienes no se tragaron que las Indias fueron esa maravilla), quien llega a afirmar que la Conquista española en América supuso “el mayor genocidio de la historia humana”. Por otro lado, siguiendo la huella de Carbia, Miguel Molina Martínez, en su ensayo La leyenda negra (1991), vuelve a proponer una interpretación más razonada y ecuánime.
…..La operación de Nuix es lúcida y fundamentada: partiendo de un análisis crítico de las fuentes, sobre todo del detallado análisis de la relación de Las Casas, lleva la discusión a un terreno principalmente ético, con la intención final de demostrar fácticamente la supuesta humanidad de los españoles. Los “testigos de descargo” citados para sustentar sus reflexiones son, entre otros, Bernal Díaz del Castillo, Francisco López Gómara y José de Acosta. Así, el discurso transita de un nivel historiográfico y socioeconómico a otro moral y finalmente político, quedando los diferentes planos estrictamente imbricados. El análisis de las fuentes de Nuix es, en definitiva, un comentario textual, siendo aquéllas principalmente escritas. El criterio poético de verosimilitud se revela fundamental a la hora de desmentir las “fábulas” de Las Casas, cuya Brevísima relación es considerada en tanto que auténtico “devaneo” y descalificada como documento fiable y veraz. El mismo procedimiento es adoptado para con las Historias modernas sobre América, sobre todo las de Raynal y Robertson, definidas como Historietas, es decir, relatos sin fundamento documental.
…..Dicho esto, es de observar que el precedente inmediato del ensayo de Muñoz Machado quizás sea Empires of the Atlantic World: Britain and Spain in America, 1492-1830 (Yale University Press, 2006) de John H. Elliott. El libro del hispanista inglés es un estudio comparatista de las experiencias de colonización del continente americano realizadas entre finales del siglo XV y principios del XIX por Inglaterra y España. Su investigación no sólo contrasta los aspectos políticos y económicos de la creación de los dos Imperios de ultramar, sino también las implicaciones sociales, culturales, religiosas y simbólicas de los dos diferentes procesos. Elliott es consciente de un “prejuicio cultural anticatólico” de cierta parte de los historiadores europeos, que ha llevado a un análisis tendencioso del pasado americano de España. Una de las principales diferencias entre las dos colonizaciones, según Elliott, sería precisamente la interacción con los nativos. Por un lado, los españoles, a pesar de las simplificaciones lingüísticas según las cuales todas las poblaciones encontradas se reconocían como “indios”, se familiarizaron muy pronto con las diferencias culturales de las vastas áreas políticas del Imperio azteca. El encuentro con civilizaciones menos estructuradas, en las que no estaban presentes elementos centrales de la cultura europea como las ciudades, favoreció en cambio en las colonias inglesas de América del Norte una confirmación de los estereotipos europeos de barbarie e incivilidad. Otro punto en común entre las dos experiencias imperiales fue que para ambas potencias colonizadoras el descubrimiento y la población de los territorios americanos tenía un valor religioso y misionero muy fuerte. La conversión al cristianismo de los indios representó un elemento fundamental en el diseño escatológico cristiano de la primera época moderna. Esta convicción, aunque en frentes opuestos, católico y protestante, se vio reforzada por la ruptura de la unidad de los cristianos en Europa causada por el cisma de la Reforma protestante.
…..El libro de Elliott, claro es, va más allá de los aspectos puramente jurídicos de las dos conquistas, objeto central de la investigación de Muñoz Machado. Sin embargo, ambas obras son dos buenos ejemplos de discurso historiográfico alejado de prejuicios interpretativos, debidos sobre todo a ciertos planteamientos que, en lugar de aclarar la realidad histórica de los acontecimientos, reinterpretan los mismos para la militancia y la ideologización política.
…..El libro de Muñoz Machado cubre un espacio indispensable para la difusión de conocimiento, espacio y función que de no ser bien desempeñados quedan incansablemente en manos de las consignas ideológicas.
CITA BIBLIOGRÁFICA: D. Mombelli y D. Salomoni, “Las colonizaciones española e inglesa de América confrontadas: Civilizar o exterminar a los bárbaros de Muñoz Machado en la tradición de los estudios comparatistas”, en P. Aullón de Haro (ed.), Las Escuelas de Salamanca y Universalista, Madrid, Recensión, vol. 3 (enero-junio), 2020 [Enlace: https://revistarecension.com/2020/02/02/las-colonizaciones-espanola-e-inglesa-de-america-confrontadas/]