Vol. 12 / julio 2024
REVISTA DE REVISTAS. Autora: Susana Pablo
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El mundo actual asiste, como es sabido, a la transformación del libro, la lectura, las bibliotecas…, y las librerías. El mercantilismo unido a una digitalización no bien guiada puede constituir una circunstancia peligrosa para la vida sana del libro y la lectura. El crecimiento del libro electrónico no excluye el desarrollo del libro tradicional, mucho más acorde a la vida de la persona, a su conducta y hasta salubridad psíquica y fisiológica. Es un hecho que el libro tradicional continúa su camino, pero el problema es si se ha desandado un arduo camino de lectura seria, educativa y académica que había costado varios siglos de implantación. La situación actual es, en este sentido, peligrosa. El uso de la telefonía móvil y la implantación de las redes sociales es ya una evidencia que han dañado la vida y la salud de los menores de edad sobre todo, los jóvenes en edad escolar que serán a su vez los futuros lectores adultos. Sobre esta situación habría de intervenir una nueva concepción legal en favor del bien común.
En cuanto al libro, si bien, al parecer, la tendencia está cambiando, o al menos así dan noticia de ello ciertos medios de comunicación, en las últimas décadas el predominio del soporte digital del libro llamado electrónico, ha contribuido al auge de las librerías digitales y a un tipo de lectura que responde a necesidades de inmediatez y estabilidad por debajo de los estándares educativos e intelectuales esperables. Las ciencias humanas vienen sufriendo, ciertamente, una gran pérdida, al tiempo que se reducen los hábitos de estudio. Con todo, frente al consumo devorador de libros de moda que ofrecen plataformas digitales y grandes cadenas comerciales, algunas librerías se han mantenido fieles al espíritu con el que nacieron de preservación y difusión del saber, conscientes de que el conocimiento en sí mismo es un valor perdurable, apostando así por lo que se suele llamar “libro de fondo”, es decir, libros que nunca van a pasar de moda, pues aportan un conocimiento que cabe considerar de valor duradero aunque su difusión sea minoritaria. Pronto veremos cuál haya de ser el futuro inmediato de las librerías de fondo y de las librerías “de viejo” y “de ocasión”, que desde el siglo XIX existen y se renuevan en pequeñas y no solo grandes ciudades y creemos persistirán con una mala salud de hierro. La madrileña “Cuesta de Moyano” continúa viva y renovándose, aunque ya ha dejado de ser el viejo paseo romántico propicio entre verja, setos y bancos para el intercambio humano al atardecer o en las mañanas de domingo durante cualquier estación del año.

Les bouquinistes, librerías de viejo y de ocasión que flanquean el Sena en París y desde al menos mitad del siglo XIX forman parte de la identidad y de la orografía de la capital francesa, impresionaron el ánimo de un joven Cipriano Olivert Crespo que vio, a su regreso a su natal Valencia, la oportunidad de establecer esa clase de compra-venta de libros en el entorno de la Plaza Redonda, y, con el incremento de la demanda, establecerse como librería de lance en 1954. La apertura del amplio local de la valenciana calle Pelayo, ya con el definitivo nombre de París-Valencia en 1965, vino precedido de diez años de comercio en diferentes enclaves de la ciudad y de una voluntad de hacer llegar la cultura también a otros rincones de la provincia, con la primera librería automóvil privada y emulando el espíritu de las Misiones Pedagógicas. El auge comercial hizo que se fueran abriendo nuevos locales (Plaza Alfonso el Magnánimo, Gran Vía Marqués del Turia y Navellós) hasta constituirse las cuatro librerías que actualmente configuran Librerías París-Valencia, incorporando la venta de libros nuevos, pero sin abandonar la que quizá sea su marca de identidad, esto es, alargar la vida de los libros. De tal modo que el visitante puede encontrar, fácilmente y a buen precio, ejemplares de libros ya descatalogados o que no forman parte del interés comercial de las librerías de mayor consumo, pero que no han perdido vigencia intelectual.


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Desde el principio y de acuerdo con su voluntad de difusión cultural, París-Valencia supo que era esencial la venta por correspondencia mediante listas y catálogos a toda España, iniciativa de la que fue pionera junto con la librería barcelonesa Fontana, salvando la distancia física que la época imponía, y que la nueva realidad digital ha redefinido con una relación más inmediata.

Corresponde por otra parte a Librerías París-Valencia la importante iniciativa de edición de facsímiles, en principio producidos de forma artesanal, lo cual ha devenido la gran colección de 1200 títulos que su fundador quiso recuperar en virtud de su relieve temático local, general o, sencillamente, por su valor intelectual, y que la librería ofrece a precio asequible, en un intento no sólo de democratización de la cultura, sino también de salvaguarda del patrimonio bibliográfico y de aprecio por el libro físico.
Después de más de medio siglo de vida, París-Valencia ha accedido a esa difícil posición reconocida que desempeñan algunas librerías muy distinguidas dentro de un país. Es decir, constituye una institución cultural valenciana y española. París-Valencia acumula numerosos premios por su contribución a la cultura y a la literatura (Premio de la Consellería de Educación, Investigación, Cultura y Deporte, en 2015, a la librería con mejor trayectoria de la Comunitat Valenciana, el Premio Real Academia de Cultura Valenciana “Ausiàs March” en atención a la fecunda labor editorial realizada en pro del Libro Valenciano…), ha sido incorporada al imaginario cultural, a través de las novelas de Julio Llamazares (Las rosas del Sur) o Joan Francesc Mira (Purgatori), y forma ya parte intrínseca de la identidad de la ciudad que la alberga, haciéndose realidad quizá el sueño que su fundador tuvo como eco nostálgico de sus paseos literarios al atardecer por las bohemias orillas del Sena.

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DIÁLOGO CON ESTHER,
RESPONSABLE DE PARÍS-VALENCIA (Plza. Alfonso el Magnánimo)
¿Cuál es el origen de París-Valencia? ¿A qué se debe su nombre?
Librerías París-Valencia, nace en Valencia en 1954 fundada por D. Cipriano Olivert Crespo, como librería de lance. Su nombre se debe a los años de estancia del fundador durante su niñez en París, período del cual guardó siempre un gran recuerdo.
¿Cómo fueron los inicios de París-Valencia? ¿Cuál ha sido el proceso de ampliación de la librería? ¿Nunca pensó en expandirse fuera de Valencia?
En 1954 teníamos un comercio en la calle Sevilla nº 19, y la casa atestada de libros. Dispusimos una parada, en la Plaza Redonda (como un mercadillo de todo un poco), para intentar su venta. Al poco tiempo regresábamos a casa con muchos más libros de los que llevábamos, adquiridos a los mismos clientes. El comercio se convirtió en librería de lance.
Como las ofertas de adquisición crecían, aprovechamos a familiares en paro y amigos para abrir puntos en Gran Vía Marqués del Turia 7 (patio); en Covetes de Sant Joan, frente a la Lonja; en Gran Vía Marqués del Turia 56; Angel Guimerá 48; Gran Vía Ramón y Cajal 37; y la primera librería automóvil privada, que visitaba toda la región, esto duró unos 10 años.
En 1965, la apertura de un amplio local en la calle Pelayo 7 nos permitió aumentar la oferta del libro editorial.
Siguieron las librerías en la calle Colón 13 hasta el derribo y en la de San Fernando 6. Se comenzó la venta por correo mediante listas y catálogos a toda España.
Colaboramos desde su ampliación en la Feria del libro Antiguo y de Ocasión de Barcelona en 1969, fundando con otros compañeros la Feria del Libro de Antiguo y de Ocasión de Madrid y después la de Valencia en 1977.
Una nueva librería se abrió en Gran Vía Marqués del Turia, 74, después en la calle Navellos 8 y últimamente en la Plaza de Alfonso el Magnánimo, 13, además de ampliar la librería sita en la calle Pelayo, que son los locales ahora disponibles. En total más de 1200 metros al público y otros tantos de almacenes. Con una oferta en stock de más de 150.000 títulos.
Además del libro de lance, posteriormente, trabajamos con todo tipo de libros, nuevos y antiguos. Iniciamos nuestra modesta labor editorial a finales de los años setenta, ocupándonos de reeditar obras antiguas relacionadas con Valencia.
Más tarde también nos dedicamos a la reproducción de obras antiguas de diversos temas, lo que llamamos nuestro fondo de libros raros y curiosos, por lo difíciles o escasos de encontrar en el mercado, que abarcan una gran cantidad de materias. En total se han publicado 1200 títulos de los cuales unos 500 corresponden a libros de temática valenciana. Nuestra labor editorial complementa nuestra verdadera actividad principal que es fundamentalmente el de librería general, con una importante sección de libros de ocasión. Hemos acudido a las ferias del libro antiguo y de ocasión de Madrid, Barcelona, Alicante, Castellón y Valencia.
Actualmente donde concentramos nuestra mayor actividad es en el libro que proviene del fondo de las editoriales y las novedades publicadas por estas, siendo una ayuda el libro de oferta. También debemos un pequeño porcentaje de ventas al libro antiguo o descatalogado que vendemos a través de internet. Hemos vendido libros en los cinco continentes.
Desde hace muchos años, nuestros buenos y fieles clientes de toda España nos han animado a expandirnos por sus ciudades, por lo que sí que hemos considerado la opción, concretamente en Madrid, Barcelona y París, aunque finalmente esto no se ha realizado por diferentes motivos.
¿Cuál es la marca de identidad de París-Valencia? ¿Qué la diferencia de otras librerías? ¿Es una librería de lance más? ¿Cuál es la clave de su éxito?
Nuestra marca de identidad se basa en la calidad de nuestra selección de libros. A diferencia de otras librerías, ofrecemos una colección cuidadosamente seleccionada que incluye libros tanto actuales como antiguos y de ocasión, y un gran fondo que posibilita a las personas que nos visitan encontrar obras que satisfagan todo tipo de gustos. La clave de nuestro éxito radica en nuestra dedicación a los libros y a nuestros clientes. Además, contamos con un magnífico y experimentado personal.
Nuestra filosofía original siempre ha sido la esencial de promover la lectura y el amor por los libros. Comenzamos con la librería de lance, libro antiguo, segunda mano y ocasión. Seguidamente incorporamos los libros de fondo editorial junto con las últimas novedades. En el futuro, aunque reconocemos la importancia del libro digital, nuestro enfoque principal seguirá siendo el libro físico y especialmente el de fondo, ya que creemos en el valor tangible y emocional de un buen libro en papel.
¿Cómo surge la idea de los Facsímiles? ¿Qué literatura se desea transmitir? ¿Qué valor tienen ahora que ha cesado, al menos temporalmente, vuestra labor editorial?
La idea de publicar los facsímiles, en realidad ediciones modestas con la pretensión de hacer llegar el texto original de forma legible y lo más económico posible, empezó hace unos 45 años.
Al principio se producían los libros de forma artesanal. Se tenían algunos originales mayoritariamente relacionados con Valencia, y la idea era atender la demanda de parte de nuestros clientes, los cuales sugerían recuperar textos antiguos. Muchos de los originales han sido cedidos desinteresadamente por los propios clientes, o han sido adquiridos a distintos amigos de profesión.
Al principio, las reproducciones estaban centradas en libros relacionados con Valencia, y posteriormente se empezaron a reproducir libros de diferentes materias, cuando encontrábamos originales y los considerábamos interesantes por su temática o por su escasez en el mercado. Lo que se trataba de realizar con su publicación era una forma de preservar y compartir obras raras y valiosas que ya no están disponibles en el mercado. Queríamos transmitir la riqueza de la literatura clásica y dar a nuestros clientes la oportunidad de poseer una parte de esa historia. Aunque hemos cesado momentáneamente nuestra labor editorial, los facsímiles siguen teniendo un valor significativo como piezas de colección y de estudio. Además, no descartamos retomar la actividad editorial en alguna de sus formas.
¿Aparece París-Valencia en el universo cultural de la literatura: novela, diarios…?
Sí, París-Valencia ha sido mencionada en novelas y libros. Algunos no los recordamos con exactitud, necesitaríamos tiempo para indagarlo.
Nuestra librería ha sido un punto de encuentro de escritores, poetas y artistas, siendo para algunos lugar de referencia.
En varias novelas, se ha mencionado a París-Valencia, que recordemos en estos momentos, por ejemplo:
– Adioses póstumos de Sergio Villanueva.
– Purgatorio de Joan Francesc Mira.
– Las rosas del sur de Julio Llamazares.
¿Cuál crees que es la función social que desempeña la librería?
La librería desempeña una función social vital como espacio de encuentro y de intercambio de ideas difícilmente sustituible. Fomenta el pensamiento crítico, especialmente en tiempos en los que la diversidad de opiniones es crucial.
París-Valencia desempeña una función social como lugar de encuentro y sirve como refugio para los amantes de los libros. Es un lugar donde la gente puede descubrir nuevas ideas y explorar diferentes puntos de vista, o sorprenderse. Además, en una era dominada por la información digital y las redes sociales, nuestra librería ofrece un espacio físico donde las personas pueden desconectar y sumergirse en el mundo de la literatura.
Desde siempre, incluyendo aquellos periodos más complicados, París-Valencia siempre ha defendido la libertad de expresión y el acceso a todo tipo de contenidos e información. Nos hemos esforzado en proporcionar a nuestros clientes todo tipo de libros independientemente de la dificultad que supusiera encontrarlos. La función del servicio al cliente sigue siendo la parte esencial de nuestra existencia. Creemos firmemente en el poder de los libros para transformar vidas y en la importancia de mantener espacios para el encuentro y el conocimiento.
Muchas gracias, Esther.

CITA BIBLIOGRÁFICA: S. Pablo, «París-Valencia y el estado del libro», Recensión, vol. 12 (julio-diciembre 2024) [Enlace: https://revistarecension.com/2024/09/07/paris-valencia-y-el-estado-del-libro/ ]