Vol. 11 / enero 2024
RESEÑA. Autor: José Ignacio Palacios Sanz
Paulino Capdepón Verdú, Ramón Garay (1761-1823). Obra musical sacra en latín, Madrid, Fundación María Cristina Maseveu Peterson, 2023 (2 vols.), 2653 pp. (ISBN: 978-84-09-49585- 3 y 6)
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En la sociedad actual convergen no pocas veces ciencia y tecnología con el propósito de conocer mejor nuestro pasado y así poder difundirlo y compartirlo. En este sentido, la musicología histórica en España sigue trabajando con paso firme en el estudio, análisis y transcripción de la producción que llevaron a cabo ilustres compositores en tiempos pretéritos. Bien cabe añadir a los grandes monumentos de la música española el excelente libro que aquí presentamos sobre Ramón Garay, llevado a cabo por Paulino Capdepón Verdú, catedrático de Música y Director del Centro de Investigación y Documentación Musical en la Universidad de Castilla la Mancha-CSIC. La música sacra es evidentemente un segmento importantísimo de la producción histórica heredada y que permanece o ha de permanecer viva en razón de su valor.
A partir de ahora, por tanto, trabajos de esta excelente entidad deberán ser tenidos como modelo para posteriores estudios de temática similar, al tiempo que esperamos contribuyan a alcanzar una visión más amplia de la música religiosa en España de finales del siglo XVIII y comienzos del siguiente, dentro del contexto y los avatares en que les tocó vivir. Esta nueva monumental contribución es en realidad la segunda aportación, siete años después, que realiza el profesor Capdepón. La primera fue en torno a los villancicos y ahora a propósito de la música sacra escrita en latín. Esta nueva reconstrucción se divide en dos volúmenes: una ofrece la historiografía y el grupo de misas transcritas -hasta el Credo, inclusive, de la misa (JaC625)-; otra corresponde al segundo tomo, dedicado a los responsos, salmos, cánticos y dos himnos Te Deum. De esta forma viene a completar todo el repertorio de la producción religiosa del rico legado de Garay y que alcanza la cifra de 300 obras. Asimismo, es preciso hacer referencia a un artículo previo de 2011 para la revista Cuadernos de Ilustración y Romanticismo (n.º 17, pp. 2-27).
Es de advertir a un tiempo que la visión que se ofrece del maestro Garay es muy completa. De hecho, la anterior contribución estaba centrada en el género villancico, con cincuenta transcripciones destinadas para las fiestas de Navidad, la Virgen, el Corpus y algunos santos, más otras diez tonadas. Precisamente por estos años finiseculares, el villancico aún era una forma que seguía en boga en los rezos de maitines y en algunos momentos de la misa, pero que poco a poco iría desapareciendo del repertorio litúrgico, aunque en ningún momento habían eludido la adopción de los nuevos planteamientos formales, vocales, instrumentales y notacionales en boga. En esta última edición también se descubren paso a paso estas innovaciones. Tampoco faltan las referencias a la música escénica del autor: Compendio sucinto de la evolución española (1815), al Oratorio al Santísimo Sacramento, sin fecha de composición, junto a las diez sinfonías con una clara influencia haydiniana, analizadas y editadas por Pedro Jiménez Cavallé. Tanta diversidad no era algo habitual en los músicos de iglesia y tan solo unos pocos abarcaban tantos géneros, por lo que Ramón Garay es una excepción como músico de fuerte personalidad compositiva durante los 36 años que permaneció al frente de la capilla de música de la catedral de Jaén.
Para profundizar en la producción del maestro avilesino, Capdepón ofrece uno de los bloques más extensos y arraigados en la literatura eclesiástica. Habitualmente emplea Garay en su música arias y recitados y pasajes instrumentales con personalidad propia para la sección de cuerda, dos clarinetes, trompas, órgano y fagotes. Es, en definitiva, un lenguaje propio en el que amalgama lo moderno con la tradición, con muchos elementos aprendidos de su maestro José Lidón cuando estaba al frente de la orquesta de la condesa de Benavente, y con Antonio Rodríguez de Hita, maestro de La Encarnación.
Además, dedica varias páginas a analizar la situación de la España finidieciochesca en la que vivió y que engloba los reinados de Carlos II a Fernando VII. Con respecto a su estancia jienense, la divide en tres periodos: uno inicial de 1787 a 1800; de aquí a 1816, y uno último hasta su fallecimiento en 1823. Son abundantes las noticias y referencias documentadas, desde las controvertidas oposiciones hasta su estancia en Madrid para dirigir en 1815 la orquesta real. Para ordenar todo este corpus se hace clasificación según las normas internacionales ad hoc (RISM), cada pieza con su explicación, y sin que falten las obligadas citas y las referencias bibliográficas que en todo momento van apuntalando el discurso expositivo.
Un tercer capítulo revelador está dedicado al estilo musical, que facilita al lector una comprensión de la grandiosidad de los géneros de la misa, salmos, himnos y su evolución. Son en total 18 misas, una de ellas incompleta y otra perteneciente a la fórmula de missa brevis, con una instrumentación que repite obsesivamente, junto a la presencia habitual del acompañamiento. En palabras del profesor Capdepón, esta configuración de la plantilla instrumental marca el comienzo hacia nuevos modelos que conviven con otros que no lo eran. También figuran 76 responsorios para solo y a ocho voces, con un tratamiento “igualitario” de los coros, en los que mantiene el mismo tratamiento orquestal, y que repite de nuevo en los tres tipos de magníficats y en los dos himnos de alabanza, estos últimos ya del periodo de madurez y concebidos para un grupo amplio de medios humanos.
Las fuentes empleadas en este trabajo y los criterios de edición cierran el último apartado. Con respecto al primero, hay que decir que todas las partituras/partichelas originales se hallan depositadas en el archivo de la catedral de Jaén, y son descritas con minuciosidad a fin de conocer los rasgos caligráficos, concordancias, reutilizaciones y hasta la circulación que pudieran tener. A su vez, se enumeran otras fuentes del autor copiadas y que se hallan en otras instituciones, como las catedrales de Oviedo, Granada, Zamora, Monasterio de El Escorial y Palacio Real de Madrid. Debe destacarse que la edición crítica supone el paso previo tanto para intérpretes como para investigadores, y dada su utilidad es precisa para normalizar todos aquellos aspectos textuales y musicales, así como cualquier “corrección o aclaración” (vol. 1, p. 129). Algunos de los criterios utilizados para tal fin, sin que en ningún momento se haya perdido la referencia del original, son las ligaduras expresivas, dinámica, adornos, cambios rítmicos, grafía de los silencios, etc.
Incluso el listado bibliográfico, los ricos apéndices y, por supuesto, las cuidadas transcripciones contribuyen a encumbrar este monumental edificio y sirven para tender un puente hacia un interesante viaje musical entre el siglo XVIII y el XXI, el cual arroja el importante elenco de cuarenta obras policorales de grandes dimensiones, cosa que demuestra las muchas horas de trabajo que ha dedicado el Dr. Capdepón.
No escapa al atento lector la colección fotográfica de pinturas decimonónicas en las que se incluye retratos de reyes y nobles y músicos contemporáneos que complementan el contexto social e histórico, con las referencias obligadas de título, autor y localización. Es necesario traer a colación las imágenes de la imponente fachada de la catedral de Jaén, obra iniciada por Andrés de Vandelvira en 1551 y rematada por Juan de Aranda en 1668; la hermosa caja del órgano construido por Fernando de la Madrid en 1780 y una serie de escenas costumbristas que muestran el ambiente y las prácticas musicales en el templo, varias de ellas con una presencia de los niños de coro.
Otro aspecto subrayable es el “producto final” que tenemos delante; sin duda alguna aportación relevante, bien estructurada, coherente, a la que hay que añadir su eficiente recorrido metodológico. Es en general edición muy cuidada en sus dos volúmenes, tanto en lo que se refiere al texto como a las imágenes. A veces también se advierte el sentido propedéutico del texto, pues aclara académicamnte conceptos y mantiene muy calculado orden.
La línea que ha venido desarrollando el profesor Paulino Capdepón, musicólogo de sólida formación y dilatada experiencia en las capillas musicales de los siglos XVII al XIX, firmemente comprometido con la investigación patrimonial y la transmisión del conocimiento, encuentra en esta monografía un referente para la música religiosa española del Setecientos. Solo falta saber cómo sonaría este elenco de piezas ahora en tiempos modernos.
CITA BIBLIOGRÁFICA: J. I. Palacios Sanz, «La obra musical sacra en latín de Ramón Garay», Recensión, vol. 11 (enero-junio 2024) [Enlace: https://revistarecension.com/2024/01/07/filosofia-hispanica-la-historia-de-la-filosofia-espanola-como-no-te-la-habian-contado/ ]