RESEÑA. Autor: María Rosario Martí Marco
Vol. 1 / enero 2019 – INDICE
Hellbeck, Jochen, Stalingrado. La ciudad que derrotó al Tercer Reich, trad. del ingl. de A. Pradera y V. E. Gordo del Rey, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2018, 635 pp. (ISBN: 978-84-17088-78-1)
(Versión original en alemán: Die Stalingrad-Protokolle. Sowjetische Augenzeugen berichten aus der Schlacht, Frankfurt am Main, Fischer Verlag, 2012; ISBN: 978-3-596-19522-0)
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Hellbeck brinda un panorama novedoso sobre la batalla de Stalingrado (1942-1943), momento crucial de la II Guerra Mundial y punto de inflexión en el desarrollo histórico de la Europa del siglo XX. La novedad que ofrece la obra viene determinada por la metodología historiográfica oral o de testimonio que desarrolla. Por primera vez, desde el desmembramiento de la Unión Soviética, es posible acceder a las fuentes archivísticas sobre el conflicto bélico denominado “Gran Guerra Patriótica”, para extraer materiales, que Hellbeck, catedrático de Historia en la Universidad de Rutgers (EEUU), ha presentado al mundo occidental. Le han ayudado las traductoras de los protocolos rusos Christiane Körner y Annelore Nitschke, así como un selecto equipo de historiadores. Este ambicioso proyecto de reconstrucción histórica fue financiado por la Fundación Fritz Thyssen; en él colaboraron el Instituto Histórico Alemán en Moscú y el Instituto de Historia Rusa de la Academia de Ciencias de Rusia. Los materiales que se ofrecen han sido escaneados, traducidos y evaluados, y son muestra metodológica de la investigación historiográfica de testimonio sobre los años cuarenta. Se trata de relatos personales transcritos, que Hellbeck ha seleccionado con la ayuda de diarios y cartas y la ilustración visual de fotografías, carteles y panfletos, que aparecen también en la obra, además de las grabaciones de documentales que se mencionan. Parte de esa documentación recogida por la “Comisión Extraordinaria para la Investigación de los Crímenes de los Invasores fascistas alemanes” (incluidas torturas y violaciones) fue empleada como prueba en el Juicio de Nürenberg. Esta metodología innovadora, practicada mediante materiales de los actores de la propia escena histórica, y gracias a la ayuda de estenógrafos e intérpretes, es ya actualmente una importante técnica de la ciencia histórica.
Muchos de los archivos que fueron clausurados y sepultados sin obtener la aprobación de la censura del Estado han quedado abiertos con la disolución de la Unión Soviética. De ahí que los testimonios de los protagonistas se ofrezcan por primera vez en lengua española, en un esfuerzo de revisión crítica y con materiales directos desclasificados. Una reconstrucción veraz, objetiva e informativa que acerca al lector a la sensibilidad soviética; una perspectiva distinta de la conocida en Alemania[1], y necesaria historiográficamente a fin de perfilar con mayor definición los contornos del bando soviético. Los materiales que la obra proporciona incluyen las diversas causas de ejecución del Ejército Rojo y la singular dimensión de las medidas coercitivas en relación a deserciones.
La selección documental muestra materiales auténticos, pero no hay que olvidar el papel decisivo de la censura. Todos los historiadores-entrevistadores fueron elegidos por el Partido Comunista para esta misión, y lo representaban. Las herméticas autoridades soviéticas no posibilitaron que ningún corresponsal extranjero accediera a Stalingrado. La poderosa oficina de censura (Glavlit) y la vigilancia política soviética, que filtraba todas las cartas escritas, respondían a la presencia institucional del Partido Comunista.
La batalla de Stalingrado, la más feroz y letal en la historia de la humanidad, constituye, pues, un descomunal drama humano y por ello un símbolo. La ciudad, que había sido un importante núcleo comercial y la factoría de municiones más grande de Europa, se extendía por una franja de 40 km de la orilla occidental del río Volga, corriente que se helaba en invierno. La aniquiladora ofensiva alemana provocó un gran sufrimiento en la población civil. La contienda finalizó el 2 de febrero de 1943 con la captura del Mariscal von Paulus y la rendición alemana no organizada. La batalla duró seis meses. Murió más de un millón de soldados del Ejército Rojo y la Wehrmacht. A la presión alemana mediante bombardeos, incendios y ocupación de la ciudad, siguió el contraataque soviético en diversas fases, como la del desembarco de Latoshinka, hasta que el ejército rodeó en la estación de invierno a 300.000 soldados alemanes en el llamado “caldero” u “olla” (Kessel) de Stalingrado. Poco a poco la superioridad numérica soviética puso de manifiesto sus consecuencias.
Los contenidos de las entrevistas recogen la historia cotidiana y el alma y el rostro más humanos de la guerra; además de narrar las diferentes estrategias y habilidades militares, los bombardeos aéreos, el fuego de la artillería, los duros enfrentamientos, los asedios y los silencios. La contraofensiva soviética, una operación similar al Blitzkrieg alemán, logró que la ciudad no se perdiera. Las transcripciones de las entrevistas registran todo tipo de voces de los testigos presenciales, tanto militares como civiles, en especial de los oficiales del Estado Mayor, aunque también de personajes singulares, como enfermeras, una cocinera o un francotirador. Las entrevistas transmiten unidad de lugar, tiempo y acción. Cada individuo entrevistado explica brevemente su origen e infancia, y la motivación de su ingreso en el ejército y en el partido. La Unión Soviética fomentó durante esos años la necesidad de recoger materiales de la mitología de cada una de las batallas, perdidas o ganadas. Todos esos proyectos de gran escala buscaban finalmente la glorificación de Stalin. A Stalingrado se enviaron cuatro historiadores profesionales, miembros de la Comisión Histórica, con el objetivo de entrevistar a todos los generales, comandantes y oficiales del Estado Mayor; entre las transcripciones se hallan también más de 5.000 de soldados, partisanos y habitantes de la ciudad destruida.
Hellbeck destaca el ideal sanguinario de ambos ejércitos, pero en especial la violencia indiscriminada que Stalin decretó, y la brutalidad y venganza comunistas que, en la retórica de guerra, pasaba a convertirse en una magnificación de hazañas de héroes. En las entrevistas, los historiadores buscaban glorificar a los caídos. Otro aspecto a subrayar es la educación ideológica marxista de la población, con campañas de afiliaciones al partido, organización de policías secretas, envío de agitadores a las trincheras, y la implicación de escritores destacados, desde Gorki o Grossmann. Todo ello inserto en una planificada indoctrinación reeducativa de los soldados para que estuvieran dispuestos a sacrificar sus vidas.
La obra incluye valoraciones sobre la bibliografía histórica especializada desde diferentes ópticas, como la británica, la estadounidense, rusa y alemana (Beevor, Merridale, Kotkin, Seniavskaya, Kirschenbaum, etc.), y desde los diversos géneros, así el diario o las novelas épicas de maestría, como la de Vassili Grossmann, Vida y Destino, numerosas veces censurada. Se ofrece también la traducción del artículo de Grossmann “En la línea del avance principal”, en esos momentos destinado como periodista en Stalingrado por el periódico Pravda.
Como es sabido, la ciudad constituía un valor clave para Hitler en la Operación Azul, de ahí que esta derrota del Tercer Reich supusiera un gran revés para sus planes y un preludio del final desenlace. La situación de desmoralización y el mal concepto del cautiverio ruso fueron señalados incluso por los jóvenes miembros del movimiento de resistencia estudiantil La rosa blanca. Hellbeck, alemán de origen, ha publicado otras obras sobre memoria histórica como el Tagebuch aus Moskau 1931–1939 (1996) y Revolution on My Mind. Writing a Diary under Stalin. (2006). La bibliografía general sobre el asedio a esta fortaleza (Festung) y sobre las diversas operaciones emprendidas por los dos ejércitos es no sólo de muy buena calidad sino de sumo interés para la historia de la geo-estrategia militar. La aportación singular de esta obra es concluyente para el conocimiento de la perspectiva soviética en diferentes dimensiones. Es de notar que este ensayo de interpretación histórica, que fundamentalmente incluye protocolos documentales de testigos soviéticos, se ha publicado en España en el 75 aniversario de la batalla de Stalingrado.
[1] Martin Kruse (ed.), Die Stalingrad-Madonna. Das Werk Kurt Reubers als Dokument der Menschlichkeit, Hannover, Lutherisches Verlagshaus, 2012, 175 págs.